You are here

29/09/2017

Desde su nombramiento como Ministro de Educación en mayo, Fander Falconí ha priorizado en su agenda la prevención de la violencia en las escuelas. VVOB Ecuador apoya las acciones del MinEduc a través de asistencia técnica.

 

Las situaciones de violencia en las instituciones educativas se perciben como un problema grave en Ecuador. Según datos del Ministerio de Educación, alrededor de seis de cada diez estudiantes han sufrido alguna forma de violencia en la escuela. Los tipos de violencia más comunes son: negligencia, violencia física, violencia psicológica y violencia sexual; este último es particularmente grave, teniendo en cuenta las fuertes repercusiones en la persona que sufre este tipo de violencia y el hecho de que generalmente no se visibiliza en los contextos donde ocurre.

El fenómeno de la violencia en contextos educativos es muy complejo. Por ejemplo, la prevalencia de agresiones sexuales y otras formas de violencia de género en las instituciones educativas en el Ecuador se ha vuelto cada vez más palpable después de un número de casos altamente mediatizados a principios de este año. El actual Ministro de Educación está decidido a abordar el tema apelando al compromiso no solo de quienes trabajan en las distintas instancias del MinEduc, sino de toda la comunidad escolar: "Cada institución educativa debe ser un santuario; la violación de los derechos humanos es intolerable cuando ocurre en una escuela y contra niños, niñas y jóvenes, y la sociedad en su conjunto debe contribuir a detener tal infamia".

 

Un mensaje claro

Hay una impresión generalizada –tal vez debido a la mediatización que este fenómeno ha recibido– de que la violencia sexual contra menores en el sistema escolar es frecuente. Sin embargo, es difícil obtener datos precisos, y ciertas conductas dentro de algunas escuelas mantienen esta y otras formas de violencia relacionada con el género ocultas. Un ejemplo de ello es que de los 152 casos de violencia sexual que se reportaron en el año 2015, solo 24 fueron denunciados por docentes o desde las Direcciones Distritales.

Para romper este patrón, Fander Falconí ha enviado un mensaje claro a todos quienes conforman el sistema educativo a adoptar una postura ética contra de todas las formas de violencia: "Hay que compartir la misma visión. El enfoque del Ministerio de Educación es que debemos tener tolerancia cero cuando se trata de estos actos, que son una violación de los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes. Como educadores y autoridades no podemos permanecer imperturbables ante estas situaciones. ¡Exijo una postura ética de cada uno de ustedes".

 

Rápida acción para poner en práctica el enfoque basado en derechos

El Ministerio de Educación ha puesto en marcha el Plan nacional de convivencia armónica y cultura escolar de paz en el espacio escolar y está promoviendo activamente las pautas y acciones establecidas en el documento Protocolo de actuación frente a situaciones de violencia detectadas o cometidas en el Sistema Nacional de Educación, que fue desarrollado conjuntamente con VVOB (aquí) entre otras instituciones. Estas pautas abogan por un enfoque inclusivo de derechos. Complementariamente, el Plan fue lanzado a través de un evento realizado en la ciudad de Quito a finales del mes de junio. Este contó con la participación de representantes de todos los Distritos Educativos a nivel nacional y del apoyo de la Fiscalía General de la Nación y el Consejo de la Judicatura.

El Ministerio garantiza explícitamente el derecho a una educación libre de violencia y que respete la diversidad, incluyendo la orientación sexual e identidad de género. Como un reconocimiento por el compromiso y la cooperación con la visión del Ministerio de VVOB, nuestra organización ha sido invitada a desarrollar materiales adicionales y trayectorias de aprendizaje para prevenir y abordar la violencia y otras situaciones que enfrentan en las escuelas que podrían poner en peligro las posibilidades de sus estudiantes de completar sus estudios como, por ejemplo, la maternidad o paternidad precoces.

 

Docentes a bordo

De la mano con la introducción de estas nuevas directrices, el Ministerio y VVOB están implementando una concienciación y la trayectoria de desarrollo de capacidades para profesionales que trabajan en los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE). Actualmente, el Ministerio ha conformado a más de 3500 DECE en las escuelas y este número se incrementará en los próximos meses. Además de trabajar directamente con los estudiantes y las estudiantes, los DECE también brindan un apoyo crucial a sus colegas en las escuelas.

Los DECE respaldan, por ejemplo, a los equipos directivos mediante el desarrollo y ejecución de los planes de convivencia de las instituciones educativas. Los DECE también trabajan con los equipos docentes para que puedan aplicar metodologías concretas para prevenir y abordar diferentes tipos de situaciones de violencia en el aula.

 

Prácticas restaurativas

En el lado de la prevención, una de las metodologías integradas en la trayectoria de desarrollo de capacidades para profesiones DECE es el uso de prácticas restaurativas. Las prácticas restaurativas son un grupo de metodologías enfocadas a la prevención de conflictos y situaciones de violencia, su detección y resolución, así como abordar otras situaciones que puedan causar tensión en las comunidades escolares, como los desastres naturales. Estos métodos tratan de reparar daños y restaurar las relaciones humanas saludables en la comunidad. Por lo tanto, son aplicables a cualquier grupo de personas que quieren mejorar sus relaciones interpersonales, manejar sus conflictos de una manera dialógica y participativa, crear un clima favorable y reforzar los valores fundamentales que soportan convivencia.

Cuando un docente o una docente utiliza estos métodos, a menudo descubre que se reduce la proporción total del tiempo dedicado a la gestión de conductas conflictivas de sus estudiantes. Las prácticas restaurativas permiten a quienes integran una comunidad escolar a participar en los procesos, convirtiéndose en responsables de sus propios comportamientos. Así, el enfoque restaurativo implica que las decisiones están mejor tomadas y los conflictos más exitosamente resueltos por las personas que están directamente implicados en ellos.

Con el respaldo de un Ministro de Educación altamente motivado para actuar sobre las problemáticas relacionadas con la violencia en el espacio educativo, las políticas para abordar estas situaciones pueden efectivamente desarrollarse con el apoyo de toda la comunidad.